Hoy he enviado un e-mail solicitando mis primeros productos para llevar a cabo la dieta: Un total de 95 sobres de diferentes productos y complementos minerales y vitamínicos para los primeros quince días. Total: 330 euros. No está nada mal. Si te pones a pensar viene a ser… 22 euros diarios de productos, como si me fuese a desayunar y comer (un menú del día, no mucho más) todos los días por ahí.
De todas maneras, la salud y la vida vale más que eso. ¿¿¿¡¡Para qué ser el más rico del cementerio!!???.
Al cabo de 3 horas me ha llamado una dietista-nutricionista, preguntándome que cuándo iba a comenzar la dieta (el 10 enero he pactado conmigo mismo y con la doctora) y que me iba a llamar el tercer día a ver cómo me encontraba.
He aprovechado a ir a la farmacia y he comprado un spray Fluimucyl contra el olor de boca (que dicen que puede producirse con la cetosis), aspartamo (edulcorante autorizado en la dieta) para llevar en sobrecitos y en pastillas para casa y unas tiras de test de Inter-acetona para ver que el proceso de adelgazamiento va bien.
Mañana llegarán todos los productos… a ver qué me encuentro. De primeras sé que pasaré más hambre que los pavos de Manolo pero sé que serán los primeros días. Luego uno se acostumbra y ya no lo echa de menos, ¡y eso que no soy mucho de comer!
He pensado en adelantar el inicio de la dieta porque María (la persona que me acompaña en la trayectoria de mi vida, quien me apoya y me aguanta todos los días, además de mi familia y a quien quiero un montonazo) está pachucha con gripe e íbamos a aprovechar un Smartbox de estos con hotel+cena+desayuno pero visto lo visto… que se cure bien y ya vendrán tiempos para disfrutar, así que el fin de semana que viene puedo aprovechar a arrancarlo 3 días antes: el 7 de enero.
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